Gabriela Mistral
YO NO TENGO SOLEDAD
Es la noche desamparo
de las sierras hasta el mar.
Pero yo, la que te mece,
¡yo no tengo soledad!
de las sierras hasta el mar.
Pero yo, la que te mece,
¡yo no tengo soledad!
Es el cielo desamparo
si la luna cae al mar.
Pero yo, la que te estrecha,
¡yo no tengo soledad!
Es el mundo desamparo
y la carne triste va
Pero yo, la que te oprime,
¡yo no tengo soledad!
LA OBSESIÓN
Me toca en el relente;
se sangra en los ocasos;
me busca con el rayo
de luna por los antros.
Como a Tomás el Cristo,
me hunde la mano pálida,
por que no olvide, dentro
de su herida mojada.
Le he dicho que deseo
morir, y él no lo quiere,
por palparme en los vientos,
por cubrirme en las nieves;
por moverse en mis sueños,
como a flor de semblante,
por llamarme en el verde
pañuelo de los árboles.
¿Si he cambiado de cielo?
Fui al mar y a la montaña.
Y caminó a mi vera
y hospedó en mis posadas.
¡Que tú, amortajadora descuidada,
no cerraste sus párpados,
ni ajustaste sus brazos en la caja!
Rafael Alberti
Oh tú, mi amor
Oh tú, mi amor, la de subidos senos
en punta de rubíes levantados,
los más firmes, pulidos, deseados,
llenos de luz y de penumbras llenos.
Hermosos, dulces, mágicos, serenos
o en la batalla erguidos, agitados,
o ya en juegos de puro amor besados,
gráciles corzas de dormir morenos.
Oh tú, mi amor, el esmerado estilo
de tu gran hermosura que en sigilo
casi muriendo alabo a toda hora.
Oh tú, mi amor, yo canto la armonía
de tus perfectos senos la alegría
al ver que se me abren cada aurora.
Si mi voz muriera en tierra
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazon un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento una vela!
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazon un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento una vela!
Sor Juana Ines De La Cruz
Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
se que lo siento y no se
la causa porque lo siento
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo,
que empieza como deseo
y para en melancolía.
y cuando con mas terneza
mi infeliz estado lloro
se que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza. "
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro,
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece,
después de tanto desvelo
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
Y si alguna vez sin susto
consigo tal posesión
(cualquiera) leve ocasión
me malogra todo el gusto.
Siento mal del mismo bien
con receloso temor
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desdén.
DETENTE SOMBRA
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
Mario Benedeti
Puedo reconciliarme
con la luna tediosa y congelada
con la puerilidad de los profetas
con el viejo sudario del crepúsculo
puedo reconciliarme
con el milagro de las pesadillas
con el recodo del triste invierno
con la cursilería del laúd
pero nunca podré reconciliarme
con los buhoneros de la muerte
los cascabeles del olvido
los sicofantes de mi pánico
nunca podré reconciliarme
con los depredadores de mi gente
el aguinaldo de los delatores
la desmemoria de los fusileros.
EL AMOR ES UN CENTRO
Un tallito de verdes y un añoso algarrobo
las veinticuatro horas yel instante bisagra
una vislumbre dicha por las manos de un ciego
el amor es un centro con extrañas filiales
clausura y campo abierto
los barcos que dialogan tras la niebla
musgo y cáliz del sexo
la fogata en el ángelus inmovil
las tiernas recompensas
las durísimas penas
el amor es un centro con extrañas filiales
todo eso y mucho más
y mucho menos y otros rubros
sintetizado yo diría
que así en la guerra como en los celos
el amor es también una alcachofa
que va perdiendo sus emblemas
hasta que se queda una fruición
una esperanza
un fantasmita.
Alejandra Pizarnik
SALVACIÓN
Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
la hoja
la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
LEJANÍA
Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus labios.
Porqué tu visión fantasmagórica redondea los cálices de estas horas? Mi ser henchido de barcos blancos.
Mi ser reventando sentires.
Toda yo bajo las reminiscencias de tus ojos.
Quiero destruir la picazón de tus pestañas.
Quiero rehuir la inquietud de tus labios.
William Shakespeare
TU CAPRICHO Y TU EDAD, SEGÚN SE MIRE... Lo mismo que a la joya más humilde valor se da en los dedos de una reina, se truecan tus errores en verdades y por cosa legítima se tienen.¡Cómo engañara el lobo a los corderos, si en cordero pudiera transformarse! Y ¡a cuánto admirador extraviarías, si usaras plenamente tu prestigio!Mas no lo hagas, pues te quiero tanto que si es mío tu amor, mía es tu fama. |
No, no aparta a dos almas amadoras
adverso caso ni crüel porfía:
nunca mengua el amor ni se desvía,
y es uno y sin mudanza a todas horas.
Es fanal que borrascas bramadoras
con inmóviles rayos desafía;
estrella fija que los barcos guía;
mides su altura, mas su esencia ignoras.
Amor no sigue la fugaz corriente
de la edad, que deshace los colores
de los floridos labios y mejillas.
Eres eterno, Amor: si esto desmiente
mi vida, no he sentido tus ardores,
ni supe comprender tus maravillas.
Delfina Acosta
Amor de enero
Ya son las altas horas de la noche.
Un pájaro espectral el vuelo alza.
Se hunden sus graznidos como piedras
en las heladas aguas de mi alma.
Al monte me llevaba algunas tardes
mi amante, y tras su sombra aleteaba.
¡Los besos como llaves diferentes
para mi amor de enero y rosas blancas!
Después aquel aliento de desdicha
o el odio en su guarida de palabras.
Ahora esta afición de no vivir,
de ir a mi entierro y ser las dos campanas
tocando en el oído de las flores
que caen como plumas de las ramas.
Soy luna enamorada que obedece
al lobo que le aúlla en ambas caras.
Un pájaro espectral el vuelo alza.
Se hunden sus graznidos como piedras
en las heladas aguas de mi alma.
Al monte me llevaba algunas tardes
mi amante, y tras su sombra aleteaba.
¡Los besos como llaves diferentes
para mi amor de enero y rosas blancas!
Después aquel aliento de desdicha
o el odio en su guarida de palabras.
Ahora esta afición de no vivir,
de ir a mi entierro y ser las dos campanas
tocando en el oído de las flores
que caen como plumas de las ramas.
Soy luna enamorada que obedece
al lobo que le aúlla en ambas caras.
Antes del olvido
Acaso es tarde.
No importa ya
que con favor del diablo
coloque mis jazmines en la acera,
mi zapato de tierra
en la ventana,
y me quede
en cuclillas,
aguardando,
que alguien golpee de una vez mi puerta.
No importa ya
que con las gotas
de un día que en la fiesta fue lluvioso,
yo moje mis cabellos y mejillas,
y me quede sentada,
parpadeando,
sobre el sillón de mimbre, en la penumbra.
Acaso es tarde.
Acaso el tiempo
me llegó de golpe
por andarme de madre,
por andarme de hija,
y este fuego nocturno
que sube por mis huesos,
este aullido feroz
que levanta mi sangre,
ya no son señales
No importa ya
que con favor del diablo
coloque mis jazmines en la acera,
mi zapato de tierra
en la ventana,
y me quede
en cuclillas,
aguardando,
que alguien golpee de una vez mi puerta.
No importa ya
que con las gotas
de un día que en la fiesta fue lluvioso,
yo moje mis cabellos y mejillas,
y me quede sentada,
parpadeando,
sobre el sillón de mimbre, en la penumbra.
Acaso es tarde.
Acaso el tiempo
me llegó de golpe
por andarme de madre,
por andarme de hija,
y este fuego nocturno
que sube por mis huesos,
este aullido feroz
que levanta mi sangre,
ya no son señales
para llamar a nadie.
Angel Gonzalez
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.
ASI NUNCA VOLVIO A SER
Como llevaba trenza
la llamábamos trencita en la tarde del jueves.
Jugábamos a montarnos en ella y nos llevaba
a una extraña región de la que nunca volveríamos.
Porque es casi imposible abandonar
aquel olor a tierra de su cabello sucio,
sus ásperas rodillas todavía con polvo
y con sangre de la última caída
y, sobre todo,
la nacarada nuca donde se demoraban
unas gotas de luz cuando ya luz no había.
Allí me dejó un día de verano
y jamás regresó
a recoger mi insomne pensamiento
que desde entonces vaga por sus brazos
corrigiendo su ruta, terco y contradictorio,
lo mismo que una hormiga que no sabe salir
de la rama de un árbol en el que se ha perdido.
Marilyn Bobes
LOS AMORES COBARDES
Ah los amorescobardes
Son
como las canciones finlandesas:
deben tener su encanto.
Amables
instruidos
a veces hasta conversan.
Reciben los miércoles
de 7 a 10
y descansan
los fines de semana.
Guardianes de la cordura
piensan que hacen el bien
y son inteligentes
porque son incapaces.
Ah los amores
cobardes
con su carga de bienes gananciales
y esposas indefensas.
Se asoman a los balcones de la vida
ven pasar a los locos y no saben.
Ah los amores
cobardes
que no llegan
a amores
que se quedan
que se quedan
definitivamente
allí.
TRISTE OFICIO
Poetisas, dijeron.Serán tibias
y falsas
y pequeñas.
Aunque seres livianos,
no tomarán altura porque son imperfectas.
Pero si alguna toca en la palabra
como el burro en la flauta
postulemos que es mucho hombre esa mujer
y no
que es mucha mujer un ser humano.
(No una mujer nacida de la sombra
donde seremos siervos o señores.)
Y pensemos después cómo callarla.
Raúl Gómez Jattin
ELLO Y MI SER ANONIMO
Es Raúl Gómez Jattin todos sus amigos
Y es Raúl Gómez ninguno cuando pasa
Cuando pasa todos son todos
Nadie soy yo Nadie soy yo
Por qué querrá esa gente mi persona
Si Raúl no es nadie pienso yo
Si es mi vida una reunión de ellos
que pasan por su centro y se llevan mi dolor
Será porque los amo
Porque está repartido en ellos mi corazón
Así vive en ellos Raúl Gómez
Llorando riendo y en veces sonriendo
Siendo ellos y siendo a veces también yo blanco papel
A que gentes de otros ámbitos conocieran sus noches estrelladas
de espermas de fandangos cuando la Candelaria
y esa alma gentil y bondadosa de ustedes mis amigos
que saben con una botella de ron blanco
entre pecho y espalda
prometer este cielo y el otro Los amo más en el exilio
Los recuerdo con un sollozo a punto de estallar
en mi loca garganta He aquí la prueba
DESENCUENTROS
Ah desdichados padres
Cuánto desengaño trajo a su noble vejez
el hijo menor
el más inteligente
En vez de abogado respetable
marihuano conocido
En vez del esposo amante
un solterón precavido
En vez de hijos
unos menesterosos poemas
¿Qué pecado tremendo está purgando
ese honrado par de viejos? ¿Innombrable?
Lo cierto es que el padre le habló en su niñez de libertad
De que Honoré de Balzac era un hombre notable
De la Canción de la vida profunda
Sin darse cuenta de lo que estaba cometiendo
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